domingo, 14 de marzo de 2010

Abe Rábade: "El trabajo es un pago en sí mismo. Lo importante es el proceso"

Por Mila Rodríguez

El pasado viernes 12 se cerró, un año más, el ciclo
‘Jazz viene del sur’ en el Teatro Central. Eran 10 años de festival y, para celebrarlo por todo lo alto, la última actuación en Sevilla corrió a cargo de uno de los pianistas más importantes de nuestro país, el gallego Abe Rábade. Es el hijo más joven de los escritores Xesús Rábade Paredes y Helena Villar Janeiro y hermano de la también escritora María do Cebreiro. Con sólo 4 años comenzó a tocar el piano y hoy día es una figura reconocida en el panorama jazzístico nacional. Sumergido plenamente en su nuevo proyecto discográfico, ‘Zigurat’, le entrevistamos días antes de su visita a Andalucía.

La Azotea de Numancia. De una familia como la suya, cargada de letras, salió usted como músico. ¿Fue una sorpresa para sus padres?
Abe Rábade. Cierto que mi en mi familia son todos escritores, pero siempre hubo un gran ambiente musical. Desde pequeños, cantábamos mucho en casa. Mi abuelo de hecho era músico de vocación (también humorista, en realidad) aunque de profesión era sastre. Yo llevo su nombre, y creo que uno de sus deseos hubiese sido ver a un nieto suyo ser músico.
A. N. A los 4 años ya comenzaba en la música y acabó superando Cum laude sus estudios en la Berklee College of Music de Boston. Parece que eligió la rama correcta,¿no?
A. R. Una escuela es una escuela únicamente y los resultados en ella nunca son completamente reveladores de tus cualidades como músico. Fue una época desde luego intensa, de mucho, mucho trabajo donde disfruté de grandes maestros como Joanne Brackeen, Greg Hopkins, Jamey Haddad, Hal Crook o Paul Schmelling. Tuve también la oportunidad de haber compartido promoción con verdaderos cracks del jazz actual; Miguel Zenón, Kendrick Scott, Jeremy Pelt, Walter Smith Creo que lo que es revelador de tus cualidades como músico es el día a día como persona profesionalmente dedicada al jazz, y ese período viene después de la formación académica. Recuerdo que en Boston decíamos aquello de: “Habrá vida después de la Berklee?”. En la actualidad me considero muy afortunado al poder vivir plenamente de mi pasión; la música.
A. N.
Lleva casi 15 años al frente de su trío, compartiendo la experiencia con Paco Charlín. ¿Le resulta raro ya actuar con otros músicos?

A. R. Paco estuvo en mi trío hasta el año 2006. El contrabajista actual de mi grupo es Pablo Martín Caminero. Cierto es que fueron muchos años de vida jazzística junto a Charlín. Creo que tantos años tocando juntos nos ayudó mucho a los dos como intérpretes. De 2.000 a 2.004 tuvimos un período muy activo de grabaciones y conciertos junto a nuestro batería entonces, Ramón Ángel. Lo que sí es cierto es que desde 2.000 hasta hoy (y espero que cumplamos otros 10 años más) Paco Charlín y yo compartimos un proyecto educativo en Pontevedra llamado Seminario Permanente de Jazz de Pontevedra (SPJ). Es un taller dedicado a la formación de jazzistas en Galiza. Tengo la sensación de que mi trío actual con Pablo Martín y Bruno Pedroso va a durar muchos años. ¡Ojalá sea así! Solamente tengo palabras de agradecimiento para ellos dada su honda implicación musical y personal.
A. N.
Aún así, con su disco ‘Piano solo’ se enfrentó a su primera producción discográfica como solista. ¿Cómo fue la experiencia?

A. R.
¡Si! La verdad es que fue una experiencia muy curiosa. En principio el disco fue de una tirada muy pequeña y sin siquiera sello discográfico o distribución. Su función era acompañar un espectáculo de ilusionismo para el que las composiciones en él fueron concebidas. Bastante por casualidad le enseñé el material al productor ejecutivo de Karonte Records Fernando Rosado (con quien edito todos los discos “oficiales” de jazz). Le encantó el álbum y quiso que lo editásemos con todas las de la ley. Ha tenido una gran acogida y me han entrado muchas ganas de hacer más discos a piano solo en el futuro. Seguramente el año que viene grabaré otro.

A. N. En 2006, recibió el Premio de Cuadernos de Jazz al Mejor Disco de Jazz en España por ‘Playing on Light -7 sounding photos-‘. Cuando un artista recibe un premio así, ¿ve su carrera desde otro punto de vista? ¿Siente más responsabilidad?
A. R.
Fue fabuloso que catalogasen ese disco como el mejor en España en 2006. Los premios sí es cierto que dan ánimos, pero solamente eso. En el fondo uno tiene que trabajar sintiendo el trabajo como un pago en si mismo. ¡¡Lo importante es el proceso!!

A. N. Su carrera está cargada de proyectos de todo tipo, pero si alguno llama la atención es ‘Jazzia’, donde mezcla jazz y magia. ¿Cómo surge esa idea? ¿En qué consiste?
A. R.
Mi buen amigo Kiko Pastur es un gran ilusionista que tuvo la magnífica idea de sintetizar jazz y magia en un espectáculo para teatros. Trabajamos codo con codo musicando ilusiones. La verdad es que como fuente de inspiración para componer es cuando menos diferente. Fue una experiencia muy productiva por la capacidad de abstracción que implicó. De hecho el disco “Piano Solo” contiene la mayoría de esa “banda sonora” escrita para Jazzia.

A. N.
Pero su faceta como docente es también muy importante, ya que, entre otras cosas, desde el año 2000 es director artístico del Seminario Permanente de Jazz de Pontevedra y en 2009 se incorpora al cuerpo docente de la ESMAE. ¿Cómo enfoca esa faceta como profesor? ¿Se siente cómodo?

A. R. ¡Me encanta dar clases! Y de hecho creo que enseñar es casi una condición “sine qua non” para ser un músico completo. El hecho de transmitir conocimientos e intentar hacerlo de un modo acertado retroalimenta constantemente tu relación con la música. En el SPJ doy clases de conjunto instrumental y en la ESMAE de piano. Afortunadamente son disciplinas diferentes las que enseño en las dos escuelas, porque siempre hay el riesgo de no poder abordar las clases con la energía que requieren si son demasiadas o siempre de la misma materia. No me perdonaría no estar a la altura con mis alumnos.
A. N.
Para terminar, ¿qué música nunca falta en su reproductor? ¿Cuáles son sus básicos?

A. R. Nunca faltan mis dos Dioses: Keith Jarrett y Herbie Hancock. Me encantan otros pianistas como el brasileño Egnerto Gismonti, el norteamericano Fred Hersh, el italiano Enrico Pieranunzi, el portugués Mário Leginha... Pianistas de música clásica como Glenn Gould y Martha Argerich suenan a menudo. Me fascinan también los últimos trabajos del trompetista estadounidense Terence Blanchard. Y evidentemente los clásicos del jazz: Miles, Trane, Monk, Mingus, Holiday A parte de jazz suelo escuchar cosas tan variadas como Jimi Hendrix, Camarón de la Isla o James Brown. También oigo mucho hiphop.

Puedes escuchar a Abe Rábade en Spotify o visitar su web oficial

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